Ya el año pasado oímos a los jefes de CCOO proponiendo a su sindicato como interlocutor para la cuestión de la fractura hidráulica en el territorio del Estado español, es decir, para primero convencer amigablemente a los propietarios de terrenos y vecinos perjudicados por los pozos a aceptar pacíficamente —a cambio de una módica suma de dinero— algunos de los mejores venenos del mundo, y para luego defender a los poderosos, posiblemente incluso haciendo de pararrayos frente a las probables protestas de las poblaciones afectadas.
Ahora nos toca leer en las páginas de un periódico que las federaciones de la industria química de los sindicatos CCOO y UGT proclaman su apoyo total a los intereses de la patronal del sector químico (FEIQUE), la cual espera suculentos beneficios de un hipotético desarrollo futuro de la fractura hidráulica en el Estado. Con una declaración conjunta, los sindicatos y los industriales han pedido por un lado